domingo, 8 de enero de 2012

Sapónidos y detergentes: mis mitologías (II)


II
Quiero que desaparezca la ropa lavable y en su lugar, tengamos la posibilidad de imprimirla desde casa. Una nueva ola de diseñadores ha empezado a trabajar creando plantillas pre-diseñadas a las que se accede a través de cualquier dispositivo  on line. Cada persona elige qué desea usar y en un click tiene su copia impresa y lista para usar. Las más grandes casas de diseño tienen portales gratuitos en la red y hay impresoras dispuestas en cientos de sitios en cada pueblo, villa, ciudad. Al regresar a casa, lanzo una bola de ropa  hacia una canasta de baloncesto; ella conduce directamente el residuo  a un  ducto que desemboca en un  bote comunitario de reciclaje y transformación  ultrabiomolecular; en dos segundos mi ropa  sucia se ha transformado en oxígeno. Imprimo mi pijama, respiro y voy a  dormir. Cuando este texto sea leído en un mundo que milagrosamente no fue destruido por armas nucleares o talk shows, la  ficción será un hecho vivido por los miles y millones
de cyborgs de Haraway. Pero ya que a mí no me va a tocar, como no le tocó a Huxley, sigo escribiendo.