lunes, 5 de diciembre de 2011

Nunca te haría daño (Cuento)

Aveces me despierta la luz, el calor, un ruido, un mosco, hoy fue la tripa, tengo un hambre que ruñe pintura de catre. Plata, no hay. Voy derecho a un torcío' socio. Bajo la calle, esas caras me dicen que tampoco han comío. Pailas pacíficos, yo sí voy por lo mío. Selecciono la presa, así como sus mercedes hacen en el supermercáo. Ya la ví, a echarle mano. Cambió de andén, soy brujo, perdistes, te salí de frente, a ver el paquete… Bien, fresca princesa, yo nunca te haría daño, le dije. A veces una mentira de canción relaja la situa. Se paniquió, me dio hasta las llaves de la casa. Pa' verle la chapa le dije: – Mejor deme su número y la llamo y salimos. No le causó gracia, me escupió la carátula. Lista la vuelta. Me cansa montarla de terror, esta nena me trabajó de terapia con la mirada. Pero suerte, ya sé como son todas. No me ostino pensando en cómo hacer las vueltas. No nací ayer. Soy como los cirqueros, tengo un virtuosismo absurdo, repito la misma pirueta todos los días. Sin mente, el que piensa pierde. Me gasto el tiempo en otras vainas, ni sé en qué. Últimamente rayando muros. De día invento canciones, voy a misa y pido perdón mientras examino carteras. Llego al barrio y sísas, hay respeto ganáo. Dejé el bareto, dejé el pegante, a lo bien. Pa’ probarles mi destreza entré a la universidad. De wan me las pillé, más leyes tiene la calle, esta sí es la selva compadre. Si me descuido me tragan y en menos de lo que canta un gallo, fijo me tocó la sal, me topé con la nena de frentolín, la de las llaves; ya me iba a entregar la cartera, cuando le dije: - No se me acelere parcera, ya no practico malos vicios, ahora todo es de parla. Entonces cambié de personaje: - Compañera, si usted cree que la educación realmente sirve, míreme. Así de breve se llega a las verdades, la espanté peor que de atraco. Pero pues nada, cero visages. Tengo el carné, con esto pido limosna, pa’ eso sirve ser de la pública. No se me delique, a mí sí me sirve pa’ eso. De ladrón a licenciáo. Bueno y entonces me tenían ficháo, en la mala. Me aburrí, dije: voy a empezar mi gira y cogimos con los pelaos de la banda a ver cómo son fronteras, de mero desparche. Ahí sí, dejé de usar frases de canciones prestadas y empecé a usar las mías: "No se me azare pinta, maneje el 1-10, sí cuente despacio hasta 10", severo hit. Recogimos buenas lukas y cambié de profesión. De músico a manager, sin presión creativa y me fiaban. Bendito el fiáo. Agotarme de pensar en cifras, vuelvo a medir calles últimamente, bien tardecito. Si nos pillamos por ahí, todo bien, parcho en la Séptima… Ya sabés, nunca te haría daño.

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